Son universitarios que estudiaron una carrera y no lo dejaron ahí. Se apuntaron a un máster en 2013 para seguir formándose y tener una mejor salida profesional. Casi un lustro después, más de un cuarto de los egresados universitarios (27%) del curso 2013-14 trabajan empleos por los que apenas perciben 1.000 euros mensuales y el 8,8% de ellos, menos de 600.
El informe, centrado en 50 universidades públicas y privadas y con una muestra de 6.738 universitarios a los que se encuestó en 2017, recoge que el sueldo es uno de los motivos de mayor insatisfacción, nada extraño a tenor de los datos. Además del 27% que no llega a mileurista, el 16,3% cobran entre 1.000 y 1.200; el 18,5% entre 1.200 y 1.600 euros; el 18,4% entre 1.600 y 2.100 y un 13,1%, de 2.100 a 3.000 euros mensuales.
Respecto al centrado en los alumnos de grado, ha descendido otro de los indicadores negativos, la llamada sobrecualificación que supone ocupar puestos de trabajo para los que se necesita menor formación que la que se tiene. El 30,8% de los encuestados considera que está sobrecualificado para su puesto actual, tres puntos menos que en el anterior informe, ha explicado Francisco Michavila, director del Observatorio. Michavila ha destacado que se trata, sobre todo, “de un problema del mercado laboral en España” donde hay una “distorsión grande” entre la preparación de los estudiantes y lo que obtienen en sus trabajos.