Poder Judicial: ¿Luchar contra el hostigamiento sexual en el trabajo justifica dañar la imagen de sus jueces?

El hostigamiento sexual es una práctica indebida que se configura como una forma de violencia mediante una conducta de «naturaleza o connotación sexual o sexista no deseada por la persona contra la que se dirige», afectando su dignidad. Es por ello que es una práctica que tenemos la obligación de atacar desde todos los ámbitos, desde la academia, las empresas, instituciones y los sindicatos.

Nuestra legislación, con ese objetivo, ha incorporado los conceptos de acoso, acoso sexual y chantaje sexual a nuestro código penal, mediante Decreto Legislativo 1410, regulando como agravante que estos delitos se lleven a cabo en el marco de una relación laboral, educativa o formativa de víctima.

Asimismo, se ha modificado la Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual; y, se ha incluido como falta de carácter disciplinario en la Ley del Servicio Civil el hostigamiento sexual cometido por quien ejerza autoridad sobre el servidor civil, así como el cometido por un servidor civil, cualquiera sea la ubicación de la víctima del hostigamiento en la estructura jerárquica de la entidad pública, o cuando la víctima sea un beneficiario de modalidad formativa, preste servicios independientes a la entidad pública, sea un usuario de esta o, en general, cuando el hostigamiento se haya dado en el marco o a raíz de la función que desempeña el servidor, independientemente de la categoría de la víctima.

Incluso, se ha regulado que es nulo el despido o la no renovación del contrato de trabajo a plazo determinado por razones vinculadas a la presentación de una queja de hostigamiento sexual en el trabajo, la interposición de una demanda, denuncia o reclamación por dichos motivos o por la participación en este tipo de procedimientos como testigo en favor de la víctima.

Consideramos que luchar contra el hostigamiento sexual es una tarea de todos y debemos aplaudir todas las iniciativas al repecto, como es el caso, por ejemplo, de la empresa ENEL que ha emprendido una excelente iniciativa, la misma que han denominado SIN EXCUSAS, espacio que tiene el propósito de informar y ser una herramienta para derribar los mitos alrededor del acoso sexual laboral, o el caso del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo con su plataforma TRABAJA SIN ACOSO en la que ponen a disposición de los ciudadanos un test en línea para determinar si sufren o han sufrido hostigamiento o acoso sexual.

Estos son dos ejemplos de correctas y adecuadas formas de luchar contra el hostigamiento sexual en el empleo y es por ello que nos ha llamado la atención un vídeo que viene circulando con el sello de Justicia TV y la titularidad de la Comisión de Justicia de Género del Poder Judicial y la Comisión de Integridad Judicial, en el cual, el destacado actor Reynaldo Arenas Horna interpreta a un Juez que, ante el pedido de una trabajadora judicial de renovación de su contrato, le hace una propuesta que es una manifestación clara y rotunda de hostigamiento sexual, nos referimos a una promesa expresa a la victima de un trato preferente a su situación actual a cambio de favores sexuales, además de un acercamiento corporal de naturaleza sexual no deseada por ella.

A este vídeo, con la calidad interpretativa del reconicido actor peruano, se le agregan efectos de sonido que contribuyen con aportar el drama que se requiere para destacar el mensaje “MUJER, NO DEJES QUE NADIE SE APROVECHE DE TI, DENUNCIALO”.

El mensaje final es correcto, por ello nos permitimos dudar que haya existo mala fe de los autores o responsables del vídeo de encasillar a los jueces (varones) en un estereotipo que proyecta la idea que son personas con poder dispuestos a todo con tal de satisfacer sus bajas pasiones; sin embargo, el error es marcado, pues con la intención de luchar contra los actos de hostgamiento sexual, dañan la imagen de sus jueces (reiteramos, varones) que día a día deben cargar con la cruz de una imagen debilitada por los actos de corrupción de algunos que, estamos seguros, son una minoría que debe ser procesada y expectorada de sus fueros.

Los responsables del vídeo no han tenido en consideración que la opinión pública, por la dinámica de los temas judiciales pocas veces entendida, no confian en los jueces, por lo que flaco favor le hace a su imagen, agregarles al imaginario popular la generalidad y el estereotipo del funcionario con poder y acosador sexual.

A ver si lo entendemos, podemos estar muchas veces en desacuerdo con la resoluciones judiciales, pero como lo dice un viejo adagio “son usos de la guerra vencer o ser vencidos”, esto significa que en un proceso judicial siempre una de las partes va estar en desacuerdo con los decidido por los juces y ahí rádica, en gran parte, el problema de su imagen desgastada ante la opinión pública, pero debemos dejar de tener en cuenta que su función en nuestra sociedad es de una responsabilidad muy dificil y desagradecida.

Agregar el esterotipo de poderoso funcionario acosador a los problemas de imagen, de entendimiento de su rol, de presupuesto y de infraestructura es injusto y, esperemos, una idea tan solo absurda y despreciable por error.

Nuestro consejo sería que aprendan de las experiencias ajenas y que empredan una política institucional correcta contra el hostigamiento sexual que no sea discriminadora y estereotipada que al fin de cuentas la lucha es de todos y, además, todos podemos ser víctimas.

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Fernando Varela Bohórquez: Socio del Estudio Elías Mantero / Director de la Revista Actualidad Laboral / Coordinador de las Maestrías en Derecho de la Sección de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres.